
Los antivirus son programas cuya función es detectar y eliminar Virus informáticos y otros programas maliciosos (a veces denominados malware).
Básicamente, un antivirus compara el código de cada archivo con una base de datos de los códigos (también conocidos como firmas o vacunas) de los virus conocidos, por lo que es importante actualizarla periódicamente a fin de evitar que un virus nuevo no sea detectado.
Actualmente a los antivirus se les ha agregado funciones avanzadas, como la búsqueda de comportamientos típicos de virus (técnica conocida como Heurística) o la verificación contra virus en redes de computadoras.
Normalmente un antivirus tiene un componente que se carga en memoria y permanece en ella para verificar todos los archivos abiertos, creados, modificados y ejecutados en tiempo real. Es muy común que tengan componentes que revisen los adjuntos de los correos electrónicos salientes y entrantes, así como los scripts y programas que pueden ejecutarse en un navegador web (ActiveX, Java, JavaScript).
Los virus, gusanos, spyware,... son programas informáticos que se ejecutan normalmente sin el consentimiento del legítimo propietario y que tienen la características de ejecutar recursos, consumir memoria e incluso eliminar o destrozar la información.
Una característica adicional es la capacidad que tienen de propagarse. Otras características son el robo de información, la pérdida de esta, la capacidad de suplantación, que hacen que reviertan en pérdidas económicas y de imagen.
Daños y perjuicios
Dado que una característica de los virus es el consumo de recursos, los virus ocasionan problemas tales como pérdida de productividad, baja en el rendimiento del equipo, cortes en los sistemas de información o daños a nivel de datos.
Otra de las características es la posibilidad que tienen de ir replicándose en otras partes del sistema de información. Las redes en la actualidad ayudan a dicha propagación.
Los daños que los virus dan a los sistemas informáticos son:
Pérdida de información (evaluable según el caso)
Horas de contención (Técnicos de SI, Horas de paradas productivas, tiempos de contención o reinstalación, cuantificables según el caso+horas de asesoría externa)
Pérdida de imagen (Valor no cuantificable)
Hay que tener en cuenta que cada virus es una situación nueva, por lo que es difícil cuantificar a priori lo que puede costar una intervención. Tenemos que encontrar métodos de realizar planificación en caso de que se produzcan estas contingencias.
INFORMACIÓN INTERESANTE. ¡FELICITACIONES! ESPERO CONTINÚES PUBLICANDO.
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